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Mercurio Joyeros

Joyería Mercurio inicia su presencia en Panamá en el año 1944 cuando Henry Summerfreund, de origen austríaco, abre su primer local en la Avenida Central, a un costado del Teatro Central. Escogió el nombre de la joyería para hacer honores al dios romano del comercio: Mercurio. La joyería se caracterizó por vender importantes líneas de platería, además de joyas y relojería, haciéndose cada vez más reconocida e importante.

Años más tarde, llega a Panamá Don Carlos F. Jelenszky, de origen cubano e ingeniero agrónomo de profesión; quien, después de su experiencia en la siembra de arroz en Cuba, decide abrir un negocio de joyería en Panamá. Así surge en 1965, Joyería Riviera, ubicada en la planta baja del Hotel Continental.

Once años más tarde, en el año 1977, Henry Summerfreund decide vender Joyería Mercurio a la familia Jelenszky, pues ofrecían tanto continuidad familiar del negocio como seriedad, confianza y servicio al cliente. Se acordó mantener ambas joyerías con sus respectivos nombres. La calidad de productos y el respetado servicio que ofrece la familia Jelenszky incrementó aún más la presencia de las empresas. En 1981, la sucursal de Joyería Mercurio de la Avenida Central es trasladada a su ubicación actual en la Avenida Samuel Lewis, siendo la primera joyería en dicha Avenida. Paralelamente, se decide fusionar el local de Vía España y la de la Central.

La nueva ubicación se conceptualizó para que fuese un lugar cónsono con la época, más cómodo y accesible, con modernos talleres de relojería y joyería, oficinas administrativas y depósitos, siempre enfocados en ofrecer calidad a sus distinguidos clientes y adquiriéndose la prestigiosa línea de relojes Rolex.

La situación particular del país produce el cierre de la Joyería Riviera después de la invasión. Esta fue una época dura para todo el comercio en general. Pero la perseverancia los impulsa a una remodelación y en 1991 se decide dejar la línea de platería para hacer más enfasis en las líneas de joyería y relojería. Esto produjo un nuevo estilo con un ambiente más decorado, exclusivo, alegre y que invita al cliente a visitar. Conforme pasan los años, el negocio sigue creciendo y adquiriendo líneas de prestigio como Bulgari, Michel-Herbelin y Mikimoto.

En 1997 fallece Don Carlos F. Jelenszky, dejando en manos de sus hijos un legado de honestidad y constancia.

En el año 2001 se trabaja en una nueva remodelación y expansión del local. Se construye un segundo piso donde se ubican las oficinas administrativas y el depósito y se expande el área de venta, se transforma la fachada. Las prestigiosas marcas que representan empiezan a exigir un sitio especial, lo que se conoce como “corners”, cada marca con sus detalles y características particulares. 

Esto requiere más espacio del que normalmente requiere una joyería y relojería tradicional.

El desarrollo de la empresa se complementa con el calor familiar y humano de los colaboradores que allí laboran y que en muchos casos tienen más de 30 años de servicio. Joyería Mercurio es más que un local, es una familia.

En el año 2004, fallece Carli Jelenszky, hijo de Don Carlos. Una vez más se refuerza el concepto de continuidad familiar que los caracteriza, y se incorpora en 2005 su hijo Carlos Adolfo.

Como lo describe uno de los hijos de Don Carlos: “La Joyería es más que una actividad comercial, pues crecemos con las familias a través de las generaciones, celebrando nacimientos, bautizos, bodas y ocasiones especiales.”

Para concluir, Joyería Mercurio es uno de los negocios que identifica a Panamá como país. Su ejemplo de perseverancia, honestidad, presencia y prestigio en el día a día los ha posicionado como una de las empresas que son parte del alma nacional.

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